Estar en el paro es muy duro, y no solo a nivel económico.
Tu vida parece que se detenga a la espera de que alguien te de una oportunidad.
Y lo peor de todo, es que debido a la
situación actual del país, sabes que que tu situación cambie es difícil y que
en cierta medida no depende de ti (aunque sí que hay cosas que se pueden hacer)
Cuando una persona
entra a formar parte del grupo de los parados, bien porque ha acabado de
estudiar y no encuentra trabajo o bien porque se ha quedado parado después de
estar tiempo trabajando, pasa por una serie de estados. Es lo que los expertos
han llamado “Síndrome del parado”.
Al principio uno comienza a hacer muchos planes y a ver la
parte positiva de estar sin trabajo (ahora voy a tener más tiempo para mí,
podré hacer cosas que me gustan, voy a retomar mis clases de….). Esta fase no
dura mucho, ya que desgraciadamente, uno empieza a ver la necesidad de
conseguir un nuevo trabajo, (entre otras cosas porque las facturas no se pagan
solas) y se pone firmemente a tratar de conseguir un nuevo empleo. Manda
curriculums, llama a conocidos, mira en Internet diariamente nuevas ofertas…).
En un mundo ideal, aquí sería cuando encuentras un trabajo y todos tan
contentos, pero con casi un 30% de paro, esto no siempre es así.
Y es cuando llega la tercera fase: El desanimo. Aquí frases
como no valgo para nada, no voy a encontrar nunca un trabajo, nadie me va a dar una oportunidad, esto
siempre va a ser así ¿qué voy a hacer?, es mi culpa… comienzan a pasarnos por
la cabeza. Comenzamos a pensar que nada de lo que hagamos va a dar
resultados y la apatía nos empieza a
vencer. Es aquí cuando nos tumbamos en el sofá o en la cama y nos pasamos horas
viendo la tele, perdiendo el tiempo en Internet o viendo series. Dejamos de
buscar trabajo (¿para qué? ¿Nadie nos va a llamar?) y entramos en un bucle que
puede llevarnos incluso a la depresión.
Debemos salir de esa fase o si es posible no entrar nunca
ella. Somos jóvenes y si no luchamos nosotros por nuestro futuro ¿quién lo va a
hacer? Es normal desesperarse y es
cierto las cosas están mal pero hay que intentar por todos los medios
sobrevivir. Una de las cosas más
importantes, en mi opinión es no caer en la tentación de pensar cosas como ( es
culpa mía, yo no valgo). Seamos realistas, estamos pasando una crisis a nivel
mundial y no es culpa nuestra (De hecho, sería más fácil de solucionar si así
lo fuera).
Una vez dicho esto,
debemos trazar un plan. Seguir buscando trabajo, sin desesperarnos, mirar todas
las opciones posibles (trabajo en el extranjero, autoempleo…), y ahora sí,
hacer un poco de autocritica. Preguntarnos que puedo hacer yo para que mi
curriculum sea más atractivo para las empresas. Tal vez sea el momento de
mejorar nuestros idiomas o de
especializarnos en algo. Si, ya se, ponerse a estudiar otra vez da mucha
pereza, pero tal vez ese esfuerzo que
realizamos hoy y del que no estamos muy convencidos, nos sirva mañana para
encontrar empleo. De hecho, un gran número de personas está volviendo a
estudiar, para poder competir en el mercado cuando las cosas mejoren.
En definitiva hay que tomarse estar en paro como un trabajo,
un trabajo duro y a tiempo completo, un trabajo cuyo objetivo es seguir viviendo
y conseguir un nuevo empleo. Y aunque sea complicado, debemos tratar que la
apatía y la angustia no se apoderen de nosotros. Es la única forma de que algún día
consigamos nuestra oportunidad y estemos preparados para aprovecharla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario