Quiero reanudar este blog, si me permitís, con algo que me
ronda la cabeza desde hace unos días. En las próximas entradas volveré a
contaros cosas que me parecen interesantes sobre temas laborales o de formación,
pero dejadme que hoy comparta algo que me parece muy importante y que en mi
opinión deberíamos aplicar todos un poquito más.
La crisis ha provocado en muchos de nosotros una sensación de incertidumbre constante que nos ha hecho, en cierto modo, quedarnos inmóviles. Al lema de “ya pasara” muchos hemos tratado de refugiarnos hasta que la crisis amaine. Pero el tiempo ha ido pasando y las cosas, aunque algunos digan lo contrario, no han mejorado mucho. Así, que aquí estamos, aproximadamente seis años más viejos, pero con la misma situación. Y ahora que, ¿seguimos esperando?, ¿continuamos posponiendo nuestra vida, nuestros proyectos pensando que tal vez algún día esto se arregle?
La crisis ha provocado en muchos de nosotros una sensación de incertidumbre constante que nos ha hecho, en cierto modo, quedarnos inmóviles. Al lema de “ya pasara” muchos hemos tratado de refugiarnos hasta que la crisis amaine. Pero el tiempo ha ido pasando y las cosas, aunque algunos digan lo contrario, no han mejorado mucho. Así, que aquí estamos, aproximadamente seis años más viejos, pero con la misma situación. Y ahora que, ¿seguimos esperando?, ¿continuamos posponiendo nuestra vida, nuestros proyectos pensando que tal vez algún día esto se arregle?
Que quede claro, que no estoy hablando de toda esa gente que
lo está pasando realmente mal porque no encuentra un empleo o no tiene para dar
de comer a sus hijos y que sale a la calle todos los días luchando por
sobrevivir. Hablo de todos aquellos que si bien la crisis les está afectado
pueden permitirse el lujo de pensar ya
lo haré mañana.
Pues bien, es hora de cambiar el chip y empezar a pensar que
mañana ya ha llegado. Y que por mucho que le echemos la culpa de nuestras
desgracias a los demás, nadie nos va a devolver todo el tiempo que hemos
perdido y todo lo que hemos dejado de hacer esperando a que las cosas mejoren
.
El otro día, escuche a alguien decir en la televisión una frase
que se me quedo grabada. “el mundo se divide entre la gente que hace cosas y la
que no”, y la verdad es que no puede ser más cierta. Hay que empezar a
desperezarse y tratar de vivir lo más intensamente que podamos. Despertar cada
mañana pensando que el día de hoy es único y que en nuestras manos está el
aprovecharlo, tal vez haga que cuando la apatía se empiece a apoderar de
nosotros seamos capaces de romper con ella y salir al mundo a vivir.
Y es que al final, lo que nos diferencia es lo que hacemos,
como aprovechamos nuestro tiempo. Da igual que nos equivoquemos (bueno igual,
igual no da) lo importante es empezar a caminar, a vivir, a cumplir nuestros
proyectos, a tener proyectos. Y es que algunos, con esta maldita crisis, nos hemos
olvidado incluso de tener proyectos.