Todos los días nos levantamos oyendo como parece que el
mundo tal y como lo conocemos se va a acabar. Cientos de personas continúan quedándose
sin empleo a diario e incluso sin casa. Lo que antes parecía grave, pero algo
lejano que solo salía en los telediarios,
cada vez lo vemos más de cerca. Cada día es más fácil ponerle rostro a la
crisis. Todos tenemos amigos, conocidos, familiares(o incluso nosotros mismos)
que nunca pensaron encontrarse en situaciones como las que hoy tienen que
enfrentar. Cada vez es más frecuente oír
casos de gente que siempre había tenido una posición económica y social
relativamente buena que de golpe y porrazo se han visto en la calle y lo están
pasando realmente mal.
Con este panorama a la vista es muy fácil caer en el desanimo y pensar que
sí que es cierto que somos la generación perdida y que no hay nada que podamos
hacer. El futuro cada vez se nos torna
más negro y parece que hagamos lo que hagamos esto no va a mejorar. Pero no
podemos pensar esto, o al menos no por mucho tiempo. El futuro que dicen que no
tenemos, es nuestro futuro. Malo o bueno es el único que tenemos. Podemos
esperar a ver si todo mejora, pero cada día que esperemos con los brazos
cruzados y sin hacer nada será un día perdido que ya nunca recuperaremos.
Es cierto, las cosas están muy mal (parece que peor cada día)
pero es lo que nos ha tocado vivir y debemos tratar de sacar partido a lo que
se nos presente cada día. Es hora de tomar decisiones, es hora de decidir que
no estamos dispuestos a que nuestra vida pase
así, sin más, y a tomar cartas en el asunto. Sí, es cierto que no
podemos decidir, al menos directamente, cuál va a ser el futuro del país, pero
al menos tratemos de decidir en la medida de lo posible cual va a ser nuestro
futuro.
Así que, aunque aún no es Nochevieja, hagámonos un propósito
para el año próximo. Vamos a tratar de que sea mejor que este. Vamos a trabajar
para que sea mejor que este. Tomaremos las decisiones que tengamos que tomar,
sin importar, al menos en la medida de lo posible, lo que pase a nuestro
alrededor. Sin permitir que el mundo nos gane la partida.
Al menos lo intentaremos. Esta es la única vida que tenemos,
así que vamos a tratar de vivirla
activamente. Cuando hablan de la generación perdida, hablan de nosotros. De
cientos de miles de personas que no van
a tener posibilidad de tener un futuro. Yo me niego a formar parte de esa
generación y voy a hacer todo lo que esté en mi mano para poder vivir mi vida ya
que al final de ella no me gustaría pensar que la he desperdiciado. Y sí, ya sé
que podré echarle la culpa a los demás ( a la situación actual, al gobierno, a
Europa… ), pero sinceramente no creo que eso, llegado el momento me vaya a
servir de ningún consuelo.
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