lunes, 19 de noviembre de 2012

Pero… ¿hay futuro?


Todos los días nos levantamos oyendo como parece que el mundo tal y como lo conocemos se va a acabar. Cientos de personas continúan quedándose sin empleo a diario e incluso sin casa. Lo que antes parecía grave, pero algo lejano  que solo salía en los telediarios, cada vez lo vemos más de cerca. Cada día es más fácil ponerle rostro a la crisis. Todos tenemos amigos, conocidos, familiares(o incluso nosotros mismos) que nunca pensaron encontrarse en situaciones como las que hoy tienen que enfrentar.  Cada vez es más frecuente oír casos de gente que siempre había tenido una posición económica y social relativamente buena que de golpe y porrazo se han visto en la calle y lo están pasando realmente mal.

Con este panorama a la vista  es muy fácil caer en el desanimo y pensar que sí que es cierto que somos la generación perdida y que no hay nada que podamos hacer. El  futuro cada vez se nos torna más negro y parece que hagamos lo que hagamos esto no va a mejorar. Pero no podemos pensar esto, o al menos no por mucho tiempo. El futuro que dicen que no tenemos, es nuestro futuro. Malo o bueno es el único que tenemos. Podemos esperar a ver si todo mejora, pero cada día que esperemos con los brazos cruzados y sin hacer nada será un día perdido que ya nunca recuperaremos.

Es cierto, las cosas están muy mal (parece que peor cada día) pero es lo que nos ha tocado vivir y debemos tratar de sacar partido a lo que se nos presente cada día. Es hora de tomar decisiones, es hora de decidir que no estamos dispuestos a que nuestra vida pase  así, sin más, y a tomar cartas en el asunto. Sí, es cierto que no podemos decidir, al menos directamente, cuál va a ser el futuro del país, pero al menos tratemos de decidir en la medida de lo posible cual va a ser nuestro futuro.

Así que, aunque aún no es Nochevieja, hagámonos un propósito para el año próximo. Vamos a tratar de que sea mejor que este. Vamos a trabajar para que sea mejor que este. Tomaremos las decisiones que tengamos que tomar, sin importar, al menos en la medida de lo posible, lo que pase a nuestro alrededor. Sin permitir que el mundo nos gane la partida.

Al menos lo intentaremos. Esta es la única vida que tenemos, así  que vamos a tratar de vivirla activamente. Cuando hablan de la generación perdida, hablan de nosotros. De cientos de miles de personas que  no van a tener posibilidad de tener un futuro. Yo me niego a formar parte de esa generación y voy a hacer todo lo que esté en mi mano para poder vivir mi vida ya que al final de ella no me gustaría pensar que la he desperdiciado. Y sí, ya sé que podré echarle la culpa a los demás ( a la situación actual, al gobierno, a Europa… ), pero sinceramente no creo que eso, llegado el momento me vaya a servir de ningún consuelo.


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