Quiero dedicar el post de hoy a nuestros investigadores.
Personas que se han pasado toda su vida estudiando. Que tras terminar sus
carreras decidieron dedicarse a la investigación y continuaron su formación haciendo
un doctorado. Estas personas, fundamentalmente de carreras de ciencias, son
otros de los afectados por la crisis, ya que si su situación antes de la crisis
ya era bastante precaria, ahora que se ha recortado el presupuesto en investigación,
se encuentran en una situación francamente vergonzosa.
Y yo, personalmente sigo sin entenderlo. Básicamente hemos estado durante
muchos pagando la formación a profesionales cualificados que se han visto
obligados a salir del país para desarrollar sus carreras, dejando que otros países
que sí que les acogen con los brazos abiertos y les dan el
reconocimiento que aquí no se les dá, saquen partido de ellos. Y mientras
nosotros hemos continuado apostando por el trabajo sin cualificar y mal pagado. Y aún
ahora, a pesar de que la crisis nos ha enseñado que no podemos fundamentar nuestro mercado de trabajo en el
trabajo sin cualificar ( véase el peonaje), seguimos sin apostar por ellos.
Estas personas, que
son los que realmente ayudan a que el país progrese, que pasan su vida
trabajando para descubrir cosas tan útiles que van desde vacunas o nuevos
tratamientos para enfermedades hasta nuevas fuentes de energía, se
ven obligados a decidir entre dejar su país, sus familias y amigos e irse a un país
donde puedan continuar sus carreras investigadoras o a dejar la investigación ,
ya que aquí solo se les ofrece
en el mejor de los casos unas becas o unos sueldos irrisorios que no les permite llevar una vida digna.
Aún con estas
perspectivas, muchos jóvenes apasionados por el conocimiento y la investigación
todavía se animan y continúan formándose para convertirse en futuros
investigadores. En próximos posts profundizaremos un poco más sobre lo que
supone hacer un doctorado y contaremos con la opinión de alguno de ellos.
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